martes, 23 de noviembre de 2010

Locos de amar




Bando/Bandido

-”De poetas e de tolos, temos algo todos”.

Locos de amar y de amontaña, locos del río y el llanto, locos de risa  mejor que locos por la prisa, locos bajitos y enormes locos. Locos tod@s, todos los días, por tierra aire y mar, locos que andan despacio y loc@s que llegan al espacio,
Loca está la tarde, de tan loc@ casi arde.
Locos de noche, a pié y en coche, unos en la miseria, otros en el derroche.
Locos, soliloquios, trilocos, comecocos.
-¡ Locos de atar!
-¡Prefiero a los de amar!

[En la edad media a los locos se les consideraba como “seres que se hallaban cerca de Dios”, y fueron tratados con mucho respeto por el clero el pueblo y la corte. ]

Con las primeras décadas del siglo 20, y la población mecanizada ,el termino se apropió de las experiencias derivadas de la velocidad generada por aquellas maquinas infernales a las que mas tarde llamaremos coches y motos y, por extensión al modus vivendi de la época -"Los años locos”.

Hoy loco puede decirse de entre otros, al que pone poco fundamento en sus actuaciones, excesiva celeridad en sus formas, violencia y extravagancia en sus hábitos, etc. Pero aún quedan los locos soñadores, cuyo mayor defecto tiende a ser el hecho de creerse que los demás mortales podemos habitar un mundo sin maldad ni envidia, como ellos lograrían de manera natural. ¡Que locos!

Lo que seguimos llamando progreso, en buena medida lo debemos a aquellos que a pesar de ser tildados de locos, en sus círculos mas próximos, ámbitos familiares, demás usos, llevaron a cabo sus ideas y proyectos casi siempre apuntados por el dedo inquisidor, fuertemente cuestionados en cada uno de los peldaños que fueron alcanzando hasta aupar al resto de sus congéneres a la “loco_motora” de ese desarrollo que con su ingenio y trabajo auto propulsan, y escasas veces estimulados ni agradecidos por sus allegados en caso de que est@s existieren.

Así que, haciendo de lo atrás expuesto material objeto de dogma si falta hiciere: yo Majareta del Tolón y Pirado, con la ayuda de Dios y en posesión del común sentido dicto:
-”A todo/s aquel/l@/s que fuere/n tildad@/s de loc@,/s hagan si lo desean acopio de este documento para reivindicar a modo de orgullo, que nunca de complejo, esa magnífica condición a la que se accede de modo único por voluntad divina, afectando por igual tanto a creyentes como a l@s que no.”

Dicto amimismo, que este colectivo a partir de la fecha de hoy, gozará del respeto y beneplácito de conciudadanos, a la vez que obtienen privilegios para sustituir, destituir, ningunear o aquello que les viniere en gana, respecto a cualquier agente de la ley o del orden, funcionari@, así  como cualquier sujeto que ejerza cargo público sin afectar el rango, desde un básico escribano hasta congresistas ,senadores y por supuesto cualquiera que fuese el grado de militar o de consanguinidad con la nobleza llegando y sobrepasando si falta hiciere a la propia casta de la realeza y por otra banda a las más altas esferas eclesiásticas, sin en ningún caso establecer tope tanto a la desobediencia, insubordinación o aquello que al loc@ viniere en gana. Quedando si se establece oportuno,  la disposición necesaria y urgente que así lo demandare, la condecoración por cada una de cuantas acciones estime oportunas de ser ensalzadas al efecto bien como proeza, medallas meritorias o milagros, según se convenga para el caso.

Asimismo, se les dota de la inmunidad necesaria y suficiente para interpretar la ley a su libre antojo sin poder ser cuestionados por nadie mas que Dios y ell@s mism@s y cuando digo Dios solamente si viene acompañado de su DNI, pasaporte, carné de conducir, o algún tutor adulto debidamente acreditado.

En Tolondrón, a Trentaysiete de febrero 1701

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