viernes, 28 de mayo de 2010

Odas para una musa




VIERNES 28 DE MAYO DE 2010
Odas para una musa
Parte 1

Esa luz que inspira,
la sonrisa me embriaga,
la tristeza me quema,
esos brazos que lazan.
Un instante de ternura,
inocente niñez disimulada,
un corazón desgarrado,
blanca ilusión mermada.

A ti que me transportas,
del averno al paraíso,
de la tristeza al nirvana,
siéndolo todo, pesas nada.
Soy feliz, soy desdichado,
en tu almohada, hombre rico,
en las sábanas me quemas,
con tu olvido me abrasas.

Tus senos apuntan bonanza,
dulce sonrisa, una brisa,
vaya mirada...¡es el mar!
el mar y la lumbre a la vez,
cálida, profunda,resplandeciente,
opaca, desierta, helada.

Tu vientre es cuna del mundo,
como es también el de otras almas,
vida que das y que nutres,
aguas de mar en calma.

Tras tu manto dejé la ciudad,
olvidada cual un fantasma,
el perdido hoy lo soy yo,
de nuevo la villa me llama.

El sueño toca su fin,
pierdo de vista tu casa,
del collar de amor y ternura
surgirán de nuevo mis alas.

Parte II

Bien sabes que eres tú,
a quien yo quiero,
atrás voy besando aquello que tu pisas,
y que doy la vida por tu afecto...amada.

Recuerda que ya antes he querido,
y aún saliendo mal parado,
mas el tiempo no guarda registros,
a quien al amor lo haya entregado.

Te deseo, como al naciente halo de sol,
como a la primera luz del alba,
recibe así mi amor,
sincero, honesto,
eres tú mi mediodía y ocaso,
la brújula, el estandarte...

No por esto te deslumbre,
y si de mi has de alejarte,
recuerda la soledad y el frío,
el verso que aún no se ha escrito,
del infinito vendrá para arroparte.

Agua que no río,
mar sin atardecer,
desconsolado, triste,
dolido sin tu querer.

Vuelve desnuda y cálida,
paciente y señora,
que todo mi ser te añora,
toda tú llenas mi sueño.

Hazme titán, que no enano,
cuéntame un secreto al oído,
tiéndeme la mano,
¡quiéreme amor mío!

Faro en la niebla,
prenda en día frío,
quédate a mi lado,
sin ti, siquiera mío.

Parte III

La luna de miel se esfumó,
atrás el gozo, la risa,
de nuevo el desamor,la pena,
retornan con furia a mi vida.

El cuento ve su final,
no fui príncipe, sí mendigo,
la carroza una calabaza,
la cosa pintaba mal.

El sol derritió la cera,
plumas hoy ayer fueron alas,
las cadenas se han forzado,
el castillo es sólo arena.

Tras la sonrisa, las muecas,
puñetas, antes bondad,
pasar del cariño al odio,
no hay mucha felicidad.

El tiempo cobra su razón,
no existe amor sin memoria,
romance acaso que historia,
¿tan sólo un sueño o fue amor?