Otra vez el olor, sabor, color, dolor de tanto comercio, bebercio y otros excesos típicos del evento se nos echan encima. Aquesto que debiere ser momento de solidaridad, rayando la sincronización global del nuevo año, se vuelve más diferenciador y aún cabe, entre el mundo de las economías saneadas con las bancarrotas, entre opulentos y desamparados.
“Vidal" es una de esas gatas coquetas; altiva, gustando de utilizar los cosméticos mas elaborados, montar coches de lujo, volar a lugares exóticos, rodearse de otras féminas de aspecto exuberante para darse baños de cava, procurarse para su paladar las mas codiciadas de las viandas y manjares, así como de regodearse en otros menesteres que la memoria llegado el instante no quiere alumbrarme.
Lo mejor del caso es que esta gata, "Felina Vidal", con los primeros días del nuevo año, desaparecerá no se sabe muy bien a donde, dejando tras de si la resaca de excesos, mixturada con el propósito de buenas intenciones para el año que despunta.
Tal vez cambie de gusto y/o costumbres y vuelva a visitarnos en agosto. ¿Quien sabe..? Ahora bien que desde ya y por unos días en adelante la frasecita de las narices cuando no se diga "felices fiestas", lo habitual sera nombrar a este personaje: "Felina_Vidal".
No hay comentarios:
Publicar un comentario