jueves, 21 de agosto de 2014

Colectivo, en sin...¿Gana o pierde?

Del juego del tute cabrón, su sólo nombre augura el cometido de la partida. Según la zona en donde se baraje, habrá normas conocidas por los lugareños generalmente parecidas a la de sus inmediatos vecinos, variando estas según se establece una física distancia,  hasta llegar a puntos donde poco tendrán en común las reglas de un@s con las normas de otr@s parajes.
La intención, casi siempre será la misma, ganar la partida, invitando al/os adversarios a que se alleguen al mostrador para ajustar las cuentas con el encargad@ de ese menester en dicho local, quien a veces es además el maestro y empresario, tabernero, camarero y barman, amén de estar capacitado para usar distintos idiomas y lenguajes incluido el no verbal, y con suerte la facultad de expresarse a través de medios telemáticos, (también válido en femenino).

Volviendo al meollo de la cuestión, hay zonas donde el jugador que en una partida de cabrón hace "colectivo", es decir, gana todas las bazas de la mano, se "libra", anotando un punto negativo al resto de contrincantes. Sin embargo en una zona no muy distante la norma cambia y el "colectivo", pierde el sólito por avaro, por no repartir el juego. Lo más frecuente es que ganen el que más y menos puntos consigan, en caso de haber varios jugadores implicados en el reparto de tantos. De haber sólo dos a repartir, el común se entiende que tienen cero, y dejan en medio al que menos puntos de los dos implicados consigue, adosándole así la derrota en esa mano.

La mesa y el juego, referencia que hace distinción entre los hombres según dicho popular, extrapola el inocente significado de un juego de naipes, hasta alcanzar los más variopintos aspectos de la vida social del ser humano, y sobre este tapete puede hacerse a modo de metáfora lo que el célebre  Shakespeare en su día aludiese al teatro respecto al mundo en que vivimos.

Aquí, sólo se librarán de duro sufrimiento los extremistas, tanto por excesivos en sus bienes y poderes, como los carentes o defectuosos, siendo estos tan pobres, que apenas alcanzan a dar siquiera pena. El resto de participantes a esta mesa, estamos llamados a sufrir ante el castigo de la bipolaridad socioeconómica, mientras no se  alcanza el modo de organizarnos para armarnos de gloria y poder, por poco que pueda ser este, para albergar con cierta dignidad al modus vivendi de las clases medias, las medias clases, los sin techo, sin futuro ni pasado. Continúa a fecha de hoy el conflicto en 22 paises, el más veterano Birmania, lo hace por su 66º  abril de lucha...millones de desplazados, lo que no se diga. -Según Krishnamurti, "No es signo de buena salud el estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma" con lo cual, si esto se cumple, ya podemos revisar esquemas vitales un@s cuantos que nos sabemos y pensar si el estar a bien con lo establecido es lo más lógico y recomendable para el conjunto, o solamente es oportunismo, a costa de trepar sobre todo lo posible por esas escalas sociales. "En sin", que habrá que seguir dando chance a la nueva locución, mientras no sincronizamos una nueva hora que deje bien claro que ha de significar eso de la globalización, y que pinta el común de los mortales en esta partida de "cabrón" cuya estrella es el colectivo.

No hay comentarios: