No podían faltar las motos.

Mobylette Campera, Bultaco Sherpa, Ducati Desmo, Bultaco Frontera, Montesa Cappra.

Nos sentíamos poderosos, disponíamos de una amplia gama de motos, estrenábamos máquina cuantas veces fuese necesario según conveniencia. Estilo cross, trialeras, de carretera...Tan sólo había que hacer un simulacro de pisada de palanca y nuestras bocas bramaban emulando el estruendoso sonido de un motor, respetando el silencio necesario para cambiar de marcha mientras las manos hacían su juego improvisando embrague y acelerador. El modelo de arriba a la izquierda, creo que nadie se la adjudicaba, a pesar de su simpleza de avance al estar exenta de cambio de velocidades.