jueves, 13 de junio de 2013

El tren de los sueños, un anómalo compañero







De nuevo en el andén,  irónico resulta que a un lugar de 

espera le llamén así., Anden para aqui, lo hagan para allá, ¿será por eso?

Una jornada larga y tanto dura, lo que 

resultó para el cuerpo sacrificio, resultó placentero  al espíritu

En el tren de los sueños, existe una norma, "todo el que no se halle 

dormido no podra viajar", aún así, el revisor se queja que siempre suben polizones.

 Él se hace despistado, como si no supiera que en realidad  son insomnes.

Salvo casos puntuales, no suelen alterar el confort de los viajeros con 

derecho. La pasada noche , apenas  dejó alguna huella que deba 

resaltarse, salvo la imagen de un hombre  joven, de aspecto dulce, 

mirada profunda y triste quien me solicitó un cigarrillo. Le 

acompañé a la parte trasera del último vagón donde tras la 

portezuela que cierra el convoy, completa una especie de pequeño balcón. La noche era apacible 

y templada, ofrecí a mi compañero

un calmante y  tomé otro, alumbrándolos al instante. 

Apenas cruzó palabra, hombre reservado, amable y cortés en los 

gestos, terminado el primer fumante, prevista una larga noche, y 

ante el trasiego de tener que desplazarse por el tren, ofrecí otro cigarrillo, 

que aceptó cohibido, luego que hube de insistirle.

- No pasa nada hombre, otro día invitas tú.

  El compartimento del vagón, disponía  dos asientos

 en forma de bancada, en tanto que el tren 

circulaba con pocos pasajeros. Pudimos estirarnos, previo disponer

las hojas de un diario bajo los calcetines. Siquiera habían 

transcurrido  unos minutos, cuando el sueño hizo presencia. 

Al despertar de esta mañana, el asiento de enfrente amenecía vacante.

Sobre el banco que albergase al noctámbulo,


quedaban una flor hecha con servilletas de celulosa y un

cartel fotográfico tamaño cuartilla con la siguiente leyenda:

"Da sin pedir a cambio y, a cambio...recibirás más de lo esperado".

Buen viaje, gracias.



                                             
De no tener nada mas íntimo,
sigamos haciendo el humor...
Si no logro oir tu voz,
ya no véo ni tu sombra,
mal, me siento desdichado,
bien, lo tomo como broma.

Era una nube con su día, 
en tierra cierto sombría,
no por falta del sol, que solía,
si no por tu ausencia, amor.

Siento que el sueño me puede,
y por poder decir "si" quiere,
a todo cuanto acontece,
que el viento me trae recuerdo,
del cabello, del aliento...

En tus mientes has forjado,
alegría, ficción, aliciente,
por hacerme y lanzado,
sobre, trás y de costado,
abordado fué tu vientre, 
frenesí desbocado.

Despojada vestimenta,
con danza y cariño,
aflojando rienda,
se respira ya tormenta.

Diluvio de besos, 
relámpagos...sin sentidos,
tronada  pasión..
locura, sensación,
estiramos la función,
el colchón se harta de vicio. 

Por decir que digo no digo,
puño, tecla ¿inspiración?
palabras que no dan voces,
revueltas con  intención,
comportando un detalle...

Tentando robarte una sonrisa,
instante ameno y que se ame,
cuan de mi tan  alejada, 
apócase el corazón...

Vivo y mucho más feliz,
cuando te siento conmigo. 


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