Hace días que no subo al tren de los sueños. Desde que los recortes
estatales en materia de transporte redujesen el tráfico de los servicios
regionales y cercanías, no me atrevo a aventurarme en los de larga
distancia por si no aguanto en el convoy que lleva hasta la estación
amanecer, y mas allá. Dicha obsesión hizo que la pasada noche,
deambulase largo rato por el andén, sin atreverme a subir. Esta
empresa no franquea billetes a desvelados, tuve de volver caminando
hasta la parada a deshora donde tomé el trolebús. Hoy intentaré de
nuevo subir, el calor del verano no favorece la función, de todas
formas me dirijo a la estación y de camino las cosas pueden
mejorar. Dicen los que saben decir, que no esperar nada, da pie a
las mayores sorpresas. Buena ruta, viajeros...
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