Desde 20 N, fecha clave para muchos españoles
con dos marchas y también piñón fijo, se cumplen hoy dos meses,
uno desde 20 D, en que pasamos por la urna y, hoy 20 E, continuamos
en una España sin estado, por otro lado tan detestado como
destestado.
A perro muerto, nadie patea; presidente
que sólo hace que preside y oposición que no se opone.
Donde Cabanillas ni otorga ni dice
pío, Soraya quien no se halla ni tampoco parece esperársele.
Esperanza desaparece atrincherada y, que así sea. Del Mon_toro, ni
vuelta al ruedo, ni rabo, oreja ni coro. Aunque Oreja, va siendo
hora que dé explicaciones, ahí, mantengan en la manga a un tal señor que
de bares cena, no limpie de sus ojos las Arenas y, a toque de corneta haga diana tirando de la manta sacudiendo media Génova. -¡Salve
María_no, librales de impunidad!
Se cumplen a su vez 50 años, sobre la sombra de un rey nonato, aunque muy mandante él.
Jefe lustroso de una casa donde se hizo negocio
vendiendo los bueyes para conservar la “xunta”, donde ni las
carnes podrecen ni la leche se agría, y por mucho pasto que arda,
la pasta abunda para abastecer sus linajes.
Pintoresco aqueste, Don Manuel 1º de
las Galias, embajador y peregrino, también poeta, trovador, cantante, hombre de
andanzas y coros, entre otros de un San Iago. Años antes de sus inicios por el reino de
los caminos, a modo de alegre palomo que a cantar se echa por
soleares, se chapuza en una playa en Almeria; Palomares.
"-No habrá bomba, ni americana ni de
guerrilleiro, capaz de acabar con la vida de quien se embiste comendador a los sones del tambor y de gaiteiro."
Tiempos estos de estado que sin estar, sigue conforme y aún formado. Al menos no es tan duro el momento que recuerde a las
huelgas generales, tampoco es una guerra muy cruenta.
Las actuales batallas se libran en
los llamados medios de comunicación y más aún otras tan pachangueras, se vuelven disputa con el fútbol de estadio, ese buen santo, aplacador junto
con salsas rosas y grandes hermanos, de distraer al personal,
mientras se debate este periodo que vayamos a saber que trae
consigo.
Esperemos a que como siempre que la
solución no se avenga a la mejor mano, al menos no nos toque bailar
con la más fea. Hasta luego Lucas, dirijo así la penúltima por hoy
al ilustre registrador.
-Y, que el
señor quede con vosotr@s.
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