Un peligroso ejemplar perteneciente a la camada de los "buitres mochileros reales", burla una condena de enjaulamiento, intimidando al tribunal que lo juzga bajo amenaza de auto-inmolarse detonando explosivos que porta en su mochila.
Cabe deducir una vez conocida la sentencia absolutoria, que el rapaz vence el indulto por principio del miedo ajeno.
Cabe deducir una vez conocida la sentencia absolutoria, que el rapaz vence el indulto por principio del miedo ajeno.
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